Romancillo ecológico


ROMANCILLO ECOLÓGICO

Ya no silba el río
su canción mojada.
Es lento su curso,
sin voz ni esperanza.
Colillas y plásticos
hirieron sus aguas;
oscuras corrientes
sin luz de mañanas.
El río, llorando,
sus pesares canta.
Sus orillas pueblan
basuras amargas.
¿Adónde las aves
que lo acompañaban?
presas en la espuma
hedionda y malsana.
Su ribera añora
las floridas ramas
de los abedules,
en las noches blancas.
Se quedó desnudo,
en su caminata,
del manto de estrellas
con peces y algas.
Ya no silba el río
su canción mojada
ni será el espejo
de rayos de plata,
en la negra noche
de las sombras largas.
Gime su anchuroso
corazón de barca
y en cuencos de luna
vacía sus lágrimas.
Del río me duele,
su tristeza blanda…

María Bote

Efímera la estancia...



EFÍMERA LA ESTANCIA…



Efímera la estancia de la rosa,
un mayo solamente en el jardín.
También fugaz la vida presurosa
recorre sus caminos hacia el fin.

Nos despiden los sueños y la hermosa
canción del mar azul en su confín
y nos seduce el alma cualquier cosa.
Porfías de la ruta y del trajín.

Al transitar por sendas y cañadas,
el sinsabor hiriéndonos la piel
rezuma en los sentidos sus jirones.

Duermen tristes las luces, empañadas
del amargoso acíbar de la hiel,
y en silenciosa voz los corazones.

María Bote
powered by Blogger | WordPress by Newwpthemes | Converted by BloggerTheme