RETOMAR LA SENDA
RETOMAR LA SENDA
Quiero escuchar a la alondra
y despedir a la noche
posada en mis tristes huesos;
allí los años se esconden.
He de volar como el ave,
sobre la playa y el monte.
Alejarme de los muros,
eludir sus negros bordes
y transitar los caminos
con las mochilas en orden.
No quiero vestir mi alma
con la dureza del bronce.
Repartiré los aromas
desprendidos por las flores.
Quiero que rayos de sol
iluminen mis balcones
y los oscuros presagios
ya no persigan mi nombre.
Subiré entre los zarzales
a las más altivas torres,
dejando atrás a los perros
iracundos y feroces.
Qué los cielos no se nublen
ni se paren los relojes.
Quiero retomar la senda
para volver a mi norte
alumbrado con la roja
llama de mis cien faroles.
Vuelvo a mi rincón de luz,
al abrigo de los golpes.
He de llevar mis poemas
al son de alegre galope
y adornaré con la flor
del verso, mi blanco escote.
María Bote.