ROMANCE DE LA ESPERA
ROMANCE DE LA ESPERA
Esperando en tarde gris,
al filo de los recuerdos,
estoy sentada en la orilla
roja y ocre del sendero.
Las nubes llenan de cirios
el azul pretil del cielo
y las quejumbres del aire
peregrinan a mis sueños.
Cuando la aurora me niegue
su presencia y su renuevo,
se deshojará mi flor
por el surco de los versos.
Y si aparece la noche
en su corcel de silencios,
secará los manantiales,
el perfil de los veneros.
Con lágrimas de azucena,
melancólico misterio,
a la pasión inconclusa
despediré sin consuelo.
Música, flores y luz,
torbellinos de mi empeño,
seréis cuentas en rosario
por dunas de los desiertos.
Esperaré la
llamada,
mi fardo recomponiendo;
dispuesta a subir al tren
silente de los secretos.
En mi equipaje, suspiros,
el crúor en los pañuelos
bordados por mariposas
cómplices de mis tormentos.
No me encontrará la noche
desnuda y sin aderezos.
Me ceñiré la guirnalda
de poemas y de besos
para traspasar el puente
sin retorno de los miedos.
Recíbanme las violetas
buscando sitio en mi pecho.
María Bote