CENDAL DE VAINICA
CENDAL
DE VAINICA
Soneto blanco
En
luces ambarinas de la infancia
me
amparo alguna vez con mi delirio;
a
su azogue me atraen los crepúsculos
en
ese azul momento tan liviano.
Evoco
las plegarias de la tarde
sobre
el blanco cendal y su vainica,
al
verter mi inocencia por los sueños
en
místicos arroyos de canciones.
Fui
la niña precoz y transparente
engarzada
en perfiles candorosos,
angustias
y sonidos de trompeta.
Mis
lágrimas enjuga la memoria,
todo
se recompone en la ternura
ante
el umbral marmóreo del ayer.
María Bote