OTOÑO

OTOÑO
Atónito el jardín ante el alud de ocres,
el viento se estremece al crujir de las hojas.
Ya se encogen los días
y reinan los ocasos.
Un decadente beso de lágrimas desnudas
transita por mi piel.
Con el dolor profundo de los soles perdidos,
el otoño y mi vida se abrazan y se funden.
Es una estación débil
a la sombra del viento,
al púdico remanso de la tarde
y, la voz de la escarcha
suplica en el cristal.
Por la estéril pendiente resbala la tristeza
y siento el corazón herido por la lluvia,
esparciendo semillas
inútiles al surco.
La besana no acoge
mi grito y desconsuelo.
el viento se estremece al crujir de las hojas.
Ya se encogen los días
y reinan los ocasos.
Un decadente beso de lágrimas desnudas
transita por mi piel.
Con el dolor profundo de los soles perdidos,
el otoño y mi vida se abrazan y se funden.
Es una estación débil
a la sombra del viento,
al púdico remanso de la tarde
y, la voz de la escarcha
suplica en el cristal.
Por la estéril pendiente resbala la tristeza
y siento el corazón herido por la lluvia,
esparciendo semillas
inútiles al surco.
La besana no acoge
mi grito y desconsuelo.
María Bote.