Cendal de vainica
CENDAL DE VAINICA
En la luz ambarina de la infancia
me amparo alguna vez con mis delirios;
a su azogue me atraen los crepúsculos
en ese azul momento tan liviano.
Evoco las plegarias de la tarde
sobre el blanco cendal y su vainica,
al verter mi inocencia por los sueños,
en místicos arroyos de canciones.
Fui la niña precoz y transparente
engarzada en perfiles candorosos,
angustias y sonidos de trompeta.
Mis lágrimas enjuga la memoria,
todo se recompone en la ternura
ante el umbral marmóreo de ayer.
María Bote
28-6-2009
En la luz ambarina de la infancia
me amparo alguna vez con mis delirios;
a su azogue me atraen los crepúsculos
en ese azul momento tan liviano.
Evoco las plegarias de la tarde
sobre el blanco cendal y su vainica,
al verter mi inocencia por los sueños,
en místicos arroyos de canciones.
Fui la niña precoz y transparente
engarzada en perfiles candorosos,
angustias y sonidos de trompeta.
Mis lágrimas enjuga la memoria,
todo se recompone en la ternura
ante el umbral marmóreo de ayer.
María Bote
28-6-2009
Querida Mari,precioso este poema ¿blanco? La Vainica.Que lindas metáforas, tan espontaneas en ti, adelante, siempre adelante aunque sea con un brazo encabestrillo.Voy a tratar de entrarme para ser seguidora de tu blog, que pueda conseguirlo es otro cantar.Un beso.
¡¡Presiii!! Feliz viaje.
Es un soneto blanco, creí haberte contado la historia: escribí tres en días consecutivos,
el 1º la misma noche de la Cena Literaria.
Un abrazo