AGRAVIOS
AGRAVIOS
(AL ANCIANO ANÓNIMO)
Cuánto
dolor tupido de orfandades
preñadas
del ayer sin contraseñas.
Las
liras del adiós tañes y empeñas
en
púlpitos de agravios y maldades.
Sólo
te ocupan hoy las soledades
en
un baúl de afecto que me enseñas.
Sin
vigor ni alegría te despeñas
en
la pendiente vil de mezquindades.
Lágrimas
en tu voz que nadie escucha,
olvidos
de la entrega y el desvelo
acarician
tu rostro marchitado.
Vistes la ingratitud de larga lucha,
cubres
el corazón con rudo velo,
sin
ser en parte alguna el invitado.
María
Bote
Hace algún tiempo fuí a visitar una residencia de ancianos y, de mi conversación con uno de ellos, de la escucha de los pesares que me contaba (sus hijos ni siquiera iban a visitarle) nació este soneto.
QUERIDA MARIA BOTE BOTE.
¡¡¡ QUE REALIDAD MAS GRANDE Y VERDADERA HAS PUESTO!!! YO CUIDÉ A MIS ANCIANOS Y ME SENTÍ
MUY LLENA Y SATISFECHA , INCLUSO ALGUNOS QUE NO ERAN FAMILIA Y LA ULTIMA, MURIÒ , O VIVIÓ,MUY FEIZ A MI LADO, HASTA SUS 103 AÑOS, YO LA QUERIA MUCHO ¡¡¡ ESTOY MUY CONTENTA DE HABERLO ECHO !!!
SI VOLVIERA A NACER LO HARIA OTRA VEZ...
¿ QUE HACER ?
¿ POR QUE ATORMENTARNOS ?
¿ HASTA DONDE LLEGAREMOS ?
¿ COMO LO HAREMOS ?
¿ QUE NOS OCURRIRÁ ?
¡ CUANTAS ENFERMEDADES !
¡ CUANTOS DESENGAÑOS !
¡ CUANTOS SUFRIMIENTOS !
¿ PARA QUE HUIR ?
¿ DE QUE SERVIRÍA ?
¡ QUE CONSEGUIRIAMOS ?
ESTA ETAPA DE NUESTRA VIDA
TIENE ALGO BUENO,
COMO, LA SABIDURÍA,
LA COMPRENSIÓN,
LA EXPERIENCIA,
EL SOSIEGO
Y TODO LO DEMÁS,
SON CONTRARIEDADES
Y UN DEAMBULAR A CIEGAS
CON PASOS TORPES
Y EN CUESTA ARRIBA,
MUY EMPINADA Y TORTUOSA
Y AL LLEGAR A LA CIMA
ENCUENTRAS EL FINAL,
DESPUES DEL TRABAJO
PARA ALCANZARLA...
NO NOS ENGAÑEMOS, TODOS LOS FINALES
RESULTAN TRISTES Y PENOSOS...
BESOS , CONCHITA.
Querida María, tengo a mi madre de noventa años en casa, mi padre murió hace dos años y medio, como sabes y no la quise dejar sola, entre otras cosas porque estaba peor que mi padre y creíamos que seria ella la primera en partir.Es muy duro créeme, muy duro,... porque estas atada de pies y manos, y además tienes que ver como tu madre a veces no te reconoce por la demencia, o dice cosas extrañas, o cosas que no vienen a cuento...no me arrepentiré nunca de lo que estoy haciendo, pero realmente es muy duro.Un hermoso homenaje has dibujado en honor de nuestros mayores, enhorabuena por tu buen hacer María.Un beso y que tengas un buen día.
María,nos dejas un bellísimo homenaje a esas personas recluidas en residencias y olvidadas...Lo has expresado con gran belleza y dignidad.Duelen tus letras y las hago mías...Todos llegaremos a mayores,por tanto debemos ser agradecidos y entrañables con nuestros mayores.
Mi felicitación por tu maestría,tu sensibilidad y tus palabras siempre cercanas y entrañables.
FELIZ FIN DE SEMANA,MARÍA.
M.Jesús
María, es un soneto bellísimo dedicado a todas esas personas que permanecen en la memoria del olvido. Además lo expresas con un exquisito respeto lleno de sentimientos, me ha encantado este terceto.
Lágrimas en tu voz que nadie escucha,
olvidos de la entrega y el desvelo
acarician tu rostro marchitado.
Es un toque a las conciencias, porque todos seremos un día ancianos... y no sabemos donde podemos quedarnos.
Un abrazo con cariño.
Triste cruel realidad de muhas personas mayores. No comprendo el abandono de los iconos de la vida. Los abuelos son el sosten de emociones para las nuevas generaciones. Los niños que crecen al lado del cobijo de sus abuelos, son verdaderos hombres y mujeres del futuro.
Un abraciño
Rosa maría Milleiro
http://poemas-rosamariamilleiro.blogspot.com.es/
María has reflejado claramente la realidad
de muchos ancianos.
Me emocionaron los versos
de este formidable soneto.
Eres una gran poeta.
Un abrazo muy grande
Que homenaje más bello a los mayores, María, esos mayores que, algunos, andan "aparcados" lejos de la familia y que, a veces, ni una visita consuela su soledad.
Gracias por plasmar con tanta sensiblidad y cariño una relaidad tan grande.
Besos, amiga.
Amiga dicen que la juventud es una enfermedad y la vejez la cura jajajajaja ...
Mira lo único bueno de envejecer es que a todos nos sucede...ahora hay que tratar de ser un viejo súper y no amargado.
Yo, ya voy en camino..aunque mi corazón es de niño.
Besitos, te quiero amiga.
mar
Es bueno comentar la fuente de la inspirtación. Como poeta que eres has empuñado la pluma para escribir estos versos sonoros empapados de tus sentimientos.
Un saludo muy cordial.
Goriot.
Infinitas gracias querida y admirada poetisa por emocionar nuestros sentimientos con la suprema belleza de tus versos vestidos de profundo sentimiento. Muchos besinos de esta amiga que te desea con inmenso cariño feliz fin de semana.
Pasa en muchas ocasiones y es algo que me da mucha pena, algo que me encoge el corazón. En cuanto a tu soneto querida amiga, es perfecto. Enhorabuena.
Se me ha puesto un nudo de emoción en la garganta en cuanto he visto esa foto de las manos en el cuadradito del icono de tu blog en el mío....y al venir y leerlo...para qué contarte. Un buen poema y un buen tema. Un beso, querida María.
Es precioso este homenaje que rindes a los mayores, es muy triste ver a los ancianos tan solos y tan abandonados, cuando lo que quieren en sus últimos días es compañía y el calor del cariño.
Un beso.
Verdaderamente triste y por desgracia, cotidiano...
Aunque he de decir que a veces es preferible la soledad en una residencia a malvivir en casa de los hijos.
Besos
Un gran homenaje a nuestros mayores amiga.Me he emocionado al leerlo. Un beso.
¡Hola María!
Un soneto, en el que la vida se desgaja, se siente, se deja ver esa problematica social en la que el olvido, es pena de la parte fragil...
Salud y fuerza.
J.M. Ojeda.
Buens noches Conchita.
Me has emocionado.
Hay ancianos que se sienten muy solos.
Te mando un beso, Montserrat
Es muy triste que después de una vida entregados a los suyos, se vean apartados y solos.
Lo has escrito con mucha ternura y emoción.
Un abrazo fuerte amiga, desde mi Librillo.
Hola, maría:
Triste la vida sin nada poseer,
sin que nadie camine a nuestro lado,
porque la ingratitud es un pecado
que nadie, nunca, debiera cometer.
Tu soneto cala muy hondo en el alma, es una cruda realidad.
Un abrazo.
María como dice el Nano Serrat:
si
no estuviese tan oscuro a la vuelta de la esquina,
o simplemente si todos entendiésemos que
todos llevamos un viejo encima.
Un beso.
Sencillamente, conmovedor.
Un besico
Hoy mi comentario no va dirigido a la calidad literaria de tu poema, María, ya sabes que me gusta como escribes; hoy prefiero hablar del TEMA de tu poema. Primero, gracias por este aporte humano, con el cual tenemos que reflexionar todos, y digo todos porque hemos de ponernos todos, y añado más, todos deberíamos, visitar una residencia de ancianos en alguna ocasión, hablar con ellos.., estoy segura que nos vendría muy bien y nos abriría mucho los ojos.
Un abrazo
FINA
Tus letras de manera certera describen el dolor inmenso del abandono en la ancianidad.
Sabes María, cuando llegué a este país comencé con tres trabajos, debía luchar muy fuerte para poder sacar de Cuba a mis dos hijos que quedaba y uno de esos trabajos era cuidar ancianitos, es tan terrible ver el abandono de los hijos.
En uno de los casos el hijo era el que pagaba por cuidarlos y me llevaba el dinero a la casa por no ir a ver a sus padres.
Otra viejecita cuando comencé a cuidarla no hablaba ni tragaba ningún alimento y a fuerza de cariño logré hablara, era muy católica y escuchaba la misa, entonces yo me paraba delante de ella y le decía a ver lo haremos juntas y palabra a palabra ya se le entendía todo, con la puntita de la cuchara le daba heladitos y sonreía, un día la familia determinó no tenían dinero para pagar para cuidarla, la llevaron a un hogar de esos y solo duró 10 días.
A veces pienso que pasará conmigo el día de mañana y no creas, siento miedo, espero tener un mejor final, unos brazos que me sostengan, llegado el momento.
Que Dios nos ilumine a todos y nos llene de bondad.
Abrazos muchos
Me ha sorprendido y conmovido esta parte de tu historia que me cuentas, amiga y, tienes razón, Alborada, es una verdadera lástima lo que, en muchos casos; se hace con nuestros mayores. De siempre, a mí me han inspirado tanta ternura los niños, como los ancianitos ya que, los dos extremos de la vida son los más desvalidos, donde se necesita de los demás, sobre todo de la familia.
Yo, al igual que tú, también siento miedo de pensar que será de nosotros (mi marido y yo) el día de mañana, si no morimos antes de llegar a ser dependientes de los demás. Solo tenemos un hijo varón...
Un abrazo grande para ti. María.
Gracias a todos, por vuestras visitas y comentarios, mis queridos amigos y seguidores/as.
Un abrazo grande. María
Gracias por esos despertares a la intimidad de la sensibilidad.
Un fuerte abrazo.
por desgracia es una realidad que se va repitiendo en las sociedades exitistas y cada vez más impersonales
precioso soneto Maria
siempre un placer volver a tu espacio
besitos