VENGA DIOS A RESCATARNOS 

 

Ante el llanto y la desgana

hay que sembrar ilusiones

y vestir los corazones

con sus cendales de grana,

por alegrar la mañana

después de la noche oscura.

 

Encerremos en clausura

la etapa de desconsuelos,

la de los múltiples duelos

por tantos seres de ausencias

que dejaron sus vivencias

en los surcos de la vida,

en misión comprometida,

disfrutando lo preciso.

 

Sin escuchar el aviso

de sirenas engañosas,

enseñándonos las cosas

importantes de verdad;

los sueños, la claridad.

La auténtica maravilla

en su forma más sencilla,

como el rumor de la fuente.

 

De la pandemia silente

venga Dios a rescatarnos,

e indulgente consolarnos

de lágrimas y temores,

que la estación de las flores

llegará, pues se la espera,

vestida de primavera,

con su perenne canción.

 

Con Inefable emoción

démosle la bienvenida

al renacer de la vida,

repuesta de su jirón.

 

María Bote

                                 febrero de 2021 

4 Response to " "

  1. Ester says:

    Solo Dios con la fortaleza que no da puede ayudar a muchas familias que lo estan pasando tan mal. Un abrazo

    Hola Maria, de bien hacer en éste rimado alcance, nos ofreces el afán de resurgir de tanto mal generado por este tiempo donde lo oscuro y tenebrosa avanza inexorable…acudamos a su destierro sin miedo y revistámonos con “cendales de grana”…y que todo vuelva a resurgir con el bien deseado. Gracias por compartir.
    Un abrazo

    Unknown says:

    Mil gracias, Ester y Dionisio, Por leerme. Salud y besos.

    Hermosísimo soneto Alejandrino, cuanta nostalgia María, cuando dejamos de ser mariposa, dentro de su tristeza, hay belleza.
    Feliz domingo amiga maestre de versos.
    Un abrazo

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