EN MADRUGADA...



                                    EN MADRUGADA…

En madrugada fúlgida y sutil
rocé la piel del viento,
de tu boca el acento,
            al donarte mi abrazo más febril.

Mis puertas dieron paso a las mañanas
promiscuas de azahares,
sin llantos ni pesares,
con la eterna canción de las campanas.

Y me uncí temblorosa a tu cintura
de sueños nacarados.
En tu dosel, anclados,
quedáronse la luz y la ternura.

¿Adónde iré perdida en los silencios
cuando me dejes sola?
Una contrita ola
            se mecerá en la noche y sus recencios.

            María Bote
           (Silva Clásica)

LA ENAMORADA ESTIRPE



                       LA ENAMORADA ESTIRPE
                    (Silva modernista)

               Alguna vez el hombre buscador de               aventuras”
resumirá la tierra
en un ardiente soplo,
por redimir al mundo, de amor enardecido.

Con un viento de dioses, preludio de la esencia,
rescatará la rosa
de su lecho de espinas,
con sones deliciosos que manan de las fuentes.

Al cobijo del beso, la enamorada estirpe
bajará de lo oscuro
en pos de la esperanza,
al estambre insonoro que destilan los nardos.

Una estrella de lumbre se deshace en su boca,
bajando hasta el silente
confín de los misterios.
El hombre y su destino, reinventan el paisaje.

                                  María Bote

HAIKUS DE OTOÑO



HAIKUS DE OTOÑO

Gime el otoño
al crujir de las hojas
bajo pisadas.

Rondan los vientos
por las ramas desnudas;
lloran las nubes.

En el lagar
se desgrana el racimo.
La cepa añora.

Crecen las noches
y se exprimen los días.
Reina la bruma.

Leve la sombra
aromada de mosto.
Luz con nostalgia.

Mueren los sueños
y despiertan los aires.
Lutos de ocres.

Melancolía,
viste al alma desnuda
de los afectos

María Bote

COPLILLAS DE LA MAR



COPLILLAS

Por la mar chica,
por la mar negra,
vienen las olas
hasta la arena.

Un cangrejillo
color canela,
sube que sube,
sobre las piedras.

Por la mar chica
vienen las penas
sobre mis sueños;
mi piel anegan.

Se va la tarde
y el sol se aleja,
dejará paso
a las estrellas.

Por la mar chica
de las ausencias,
viene la luna
vertiendo quejas.

¡Ay, si mi vida
volver pudiera
a los caminos
de las esperas.

No habría lágrimas
en las entregas
y en duro roble
me convirtiera,
siempre imbatible
por las mareas.

Cuántos pesares
bogando fueran,
hacia la orilla
de las tibiezas.
Por la mar chica,
por la mar negra…

                                      María Bote. 

SONETILLOS



SONETILLOS
(PARA MIS TRES LUMINARIAS)

                   l
Henchida estoy de contento
con mi suspiro en la espuma.
Solté amarras de la bruma,
me uncí a la risa y al viento.

Mi tesoro y alimento
en tres niñas se consuma.
Viene a mis manos la pluma
por despedir al tormento.

Les cantaré mi alegría,
sus nombres en poesía,
¡Alba, Candela, Rocío!

A sus abrazos me entrego
para fundir el despego,
y de sus mares soy río…

                 ll

Tres luminarias de aurora
se aposentan en mi frente.
La más cantarina fuente,
en mi alma trovadora.

Una voz conciliadora
derramo por el torrente
y en un verso penitente,
mi lágrima redentora.

Sus juegos y su canción
sanan a mi corazón,
entre aromas del estío.

Y en mi tiempo sin porfías
le dan color a mis días:
Alba, Candela y Rocío…

María Bote

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