SI DEJA DE LLOVER...



SI DEJA DE LLOVER

Una lumbre de miel
enciendo entre mis labios y los tuyos,
si la noche es anuncio
de día sin pared.

Si deja de llover,
he de abrir grandes puertas en los muros
para que el sol del mundo
ilumine mi fe.

Hoy le ruego a la vida
que no acabe mi idilio con las rimas
ni enmudezcan mis dedos.

Si huyen las palabras de mi alcance,
se acabará el instante
donde sienta el crespón de los consuelos.

María bote

NOCHES SIN CADENAS




NOCHES SIN CADENAS

Suspiros de sirenas,
salivas anhelantes de la aurora
naufragando en la llama trepadora
de noches sin cadenas.

Lágrimas de azucenas
bogando entre susurros de la hora
donde el agua de luz anunciadora
transita por las venas.

Al encuentro de fúlgidas moradas,
por beber en celestes manantiales
y cantar a la luna.

Corazones de escuna,
con sutiles y húmedos cendales
sembrando van de amor las madrugadas.

 María Bote

A LA ESPERA



A  LA ESPERA

 A la espera del tiempo
camino por las dunas, busco el sol,
se mece la memoria
en arrullos de mar,
y las gaviotas bailan
mientras mi pulso grita su latir.
El ímpetu del agua me seduce,
mas no quiero prenderme
en la azul tentación de las mareas…

    María Bote

TU MIRAR



TU MIRAR



No alejes tu mirada de la mía,

preciso del espejo de tus ojos,

                                    buriles en mi alma sin cerrojos

y ofrenda sin dolor, sin agonía.



Tu mirar a mi noche vuelve día;

un cardumen de ensueños y de antojos

cuando borra el por qué de mis enojos.

A su dulzura rindo pleitesía.



En las quebradas luces de mi tarde

se esconden tu pasión y mi suspiro,

con sumisa quietud, sutil encanto.



Y  en perfiles serenos, sin alarde,

a tu amor sin fisuras me retiro

para esquivar las cruces del quebranto.



     María Bote

¡Felicidades a todos los enamorados!

FEBRERO



FEBRERO

Mágico mes, febrero y sus mañanas,
entre el nueve y el once, día hermoso.
Brillante diez, lucido y venturoso;
tañeron en tu pulso mis campanas.

Te di mi corazón en filigranas;
iluminado sueño, bien precioso.
Susurros del instante primoroso
tejieron en tu nido dulces nanas.

Bendeciré el azul y claro día
en que me regalaban armonía,
tus manos de palomas.

Fue indulgente la brisa, suave y pura;
emanaron del liego, con ternura,
maternales aromas.

María Bote
10 – 2 – 86

Hoy cumple mi hijo 37 años, cuando cumplió 10, escribí este soneto, evocando el día de su nacimiento. Hoy lo expongo aquí en su homenaje. Gracias.
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