Melancolía


MELANCOLÍA

Aléjate de mí, melancolía,
deja sitio a la rosa y la canción.
De lutos ya reniega el corazón
y persigue la luz y la alegría.

A coros de esperanzas te conmino
para vencer al mundo de las penas,
mas rebelde me acosas y enajenas
con tesón, enganchada a mi destino.

Se apoya en mi pretil la soledad,
a su amparo concibo mi consuelo,
me ciñe con su cruz y con su celo,
en mi noche de ausencias, sin piedad.

María Bote

14-10-2007

(Endecasílabo Galaico Antiguo)

Sólo tierra

SÓLO TIERRA


Las montañas despiden su carena
en los amaneceres jubilosos,
yo despido a los tiempos fervorosos
en la tarde febril, de luz ajena.

Me aturde lo precario de la escena
sin furtivos afanes azarosos,
crepúsculos sin luces, caprichosos,
la raída nostalgia en mi alacena.

Cuando callan la fuente vespertina,
la cadenciosa mística del nardo,
soy tierra, sólo tierra, sin espuma.

La luz sin el candor ya no ilumina
mi estanque malherido por el dardo.
Las horas, escribiendo con su pluma.


María Bote


5-5-2006

sobre "El romanticismo"

Se celebra todos los años, "La ruta romántica" en Almendralejo, para conmemorar que, en esta ciudad, nacieron dos grandes poetas del romanticismo español: José De Espronceda y Carolina Coronado. Suelen celebrarse estos festejos, por el mes de junio.

Romanticismo


El desfile estuvo precioso, pero al final tuve que sentarme a descansar.

mis nietas

son mis amores

seguirillas para Alba

SEGUIRILLAS PARA ALBA
EN SU 2º CUMPLEAÑOS


Paloma, con tu pico
llevas dos ramas,
para contar los años
que luce Alba.

Dos leves florecillas,
dos alboradas.
Dos luceros anuncian
a la mañana.

Paloma mensajera,
al viento cantas
el nombre de mi niña,
dulce sonata.

Cuéntale que la quiero
con toda el alma,
y llena su mochila
con la esperanza.

Paloma de los sueños,
pico de plata,
cuídala con fervor,
paloma blanca.

Abuela Mary

Alba


Mi pequeña, que, dentro de unos meses, dejará de serlo. La más pequeña, se entiende.

Rocío


No podréis negarme que es una preciosidad

A Mª del Rocío

A Mª DEL ROCIO

(EN SU 7 CUMPLEAÑOS)

Paloma plumas de plata,
de la risa cantarina
niña.

Siete años, flor y nata,
volarás cual golondrina,
niña.

Lucero de los azules
iluminando la vida,
niña.

Estela de luz y tules,
rosa por el sol vestida,
niña.

Corazón de terciopelo,
pregonera de la brisa,
niña.

Embajadora del cielo,
estrella de amor sumisa,
niña.


María Bote

10- 9 2006.

En la presentación de mi libro


Poemas - Antología. Editorial: Carisma, libros.

En las ramas...

Este soneto está en mi libro: Poemas - Antología.


EN LAS RAMAS

En las ramas del árbol de los días,
se posarán las aves del anhelo,
renunciando al luciente azul del cielo
en dolorosas fraguas de agonías.

Esplines sin pasiones ni alegrías,
al esconder los frutos del consuelo,
dejan abandonados por el suelo,
brillantes iris, luces, fantasías.

La noche se presiente en lontananza
y dejan de sonar las caracolas.
De pronto nos invade la negrura.

La ilusión del ayer sin esperanza
se entrega al arrebato de las olas.
Marchita en los floreros, la tersura.


María Bote

16-2-2007

Luna


Es la reina de la noche

DESVELOS

DESVELOS

Cuando vienen la noche y sus desvelos,

estampa la amargura en su alicer,
me lacera la espina del ayer
si no busco en tu abrazo los consuelos.

A tu mirada acuden mis anhelos
si me acuna tu voz de amanecer.
Prendida de su místico alfiler
llega la aurora, con celestes velos.

Tus manos, roturándome la herida
olvidada, sutil y sin antojos.
Mi crúor resumido en la tristeza.

Una lluvia de pena sin medida,
calando está mi pecho sin cerrojos,
mas tu amor me restaura en la viveza.

María Bote

octubre del 2008

Corazón de melaza

Estas coplas se las escribí a mi querida y añorada amiga M Toni, en el comienzo de su enfermedad.

CORAZÓN DE MELAZA

Mueren las horas amargas
en reductos de recuerdos.
Errantes por las murallas
llenas de escollos, los tiempos.

Una flor atormentada,
escondida en los abetos.
El suspiro de las arpas,
vagando por los destierros.

Tu luz envolvió la casa
con orgulloso abolengo
y la canción de la jara
teje de seda los sueños.

Los dioses en tus pestañas,
con pudoroso respeto,
esperan lleguen las albas
a deshacer los silencios.

¡Ay, corazón de melaza!
cofre de los sentimientos,
deshaz los nudos del alma
al contraluz de los versos.

María Bote.

29 – 6 - 2007

sueños


Mis sueños entre brumas

Mis sueños en la nada

MIS SUEÑOS EN LA NADA

En la hora malograda
soy por dolores transida,
abierta tengo la herida
y mi soñar, en la nada.

A veces calla la boca
lo que dice el corazón,
en inútil sinrazón
tu porfía me trastoca.
Mi lucha desesperada
sólo persigue el encuentro,
duele la espina por dentro
y mi soñar, en la nada.

Te presté mi fantasía,
me devolviste dolores,
un yermo sin luz ni flores
desprovisto de alegría.
Hoy me acojo a la alborada
celeste de los delirios,
al aroma de los lirios,
mas de mi soñar, la nada.

Me diluyo en la corriente
de un río sin azahares.
Persiguiendo voy los mares
con el candor en la frente.
En la hora malograda
no fue la luz encendida;
discurre a tientas mi vida
y los sueños, en la nada…

María Bote

Octubre de 2008

Gafas

Echaba de menos a Isabel, añoraba sus dedos
por los que siempre sentíase acariciada. Recordaba
constantemente el azul grisáceo de sus ojos, ¡le gustaban tanto!
-¿Dónde estará?- se preguntaba –se ha ido sin despedirse,
y eso que me decía no poder vivir sin mí- Sintió que la había traicionado y que, quizás, la había dejado por otra. Lloró, lloró desconsoladamente lágrimas de cristal.
Isabel sufrió un infarto de madrugada, su marido la llevo a urgencias, allí murió.
La enterraron hace ya casi un mes. A su familia se le olvidó cumplir lo que ella siempre les había dicho.- Cuando muera, poned en mi ataúd, junto a mí, mis gafas, no puedo vivir sin ellas…

María Bote

Los sones del silencio

EVOCANDO EN SUS TIEMPOS
LOS SONES DEL SILENCIO.


¡Jeringos y molletes, calientes, calientes!
¡Carboneroo, picón de leñaaa! Los sones primeros, arropados con el silencio de la temprana mañana:
La vendedora de molletes, bajita y regordeta, con el pelo tirante recogido en un moño redondo, en su nuca, cual ensaimada cubierta de negrísimo azabache. La canasta de mimbre dorado apoyada en la oronda cadera, albergaba el apetitoso y recién elaborado alimento tapado por un paño de impoluta blancura, igual al delantal que cubría su oscuro ropaje.
En las gélidas mañanas de invierno, al pregonar, le salían las palabras rodeadas de volutas de vaho que se quedaban un instante flotando en el ambiente, como una danza efímera y sutil.
Félix, el carbonero: sentado de forma indolente en el varal delantero de su viejo y ennegrecido carro, arreando a la mula de cansino y monótono andar. Cuando paraba en las esquinas, salían las mujeres con sus viejas latas donde él depositaba (después de pesarlo en la romana) los trozos negros e irregulares del carbón que, una vez en los anafes, convertidos en rojas y amarillas ascuas, servirían para cocinar los opíparos cocidos o las patatas a lo pobre, según el poder adquisitivo de cada familia.

Más tarde, en la media mañana, de nuevo otro son envuelto en el silencio: ¡lañadoor, se arreglan baños y tinajas! el hombrecillo, sentábase en el borde de la acera para arreglar el rajado barreño que alguna mujer le sacara; mientras hacía su labor, solía canturrear alguna coplilla imperceptible.
Después, al filo del medio día, un son más estentóreo rajaba el silencio; era el repicar de las campanas de la iglesia mayor anunciando las doce. El alegre e insistente repique se oía perfectamente, por el silencio apacible que envolvía toda la ciudad.
Ya en la tarde, a la hora de la siesta, el silencio leve de la mañana se volvía espeso como si de pronto el tiempo aumentara en gravidez, denso, sin ningún son que lo alterase.

Luego, a la caída de la tarde, el silencio se volvía muy ligero, delgadísimo, estrujado por las risas, carreras y juegos de los niños…
Y de pronto, otro son: ¡pirulíí de la Habana! el carrito rodeado de la chiquillería de ojos ansiosos y asombrados ante las espirales dulces, de colorido brillante.
De nuevo, en la noche, un son más del silencio que en tiempo nocturno
parecíame poder tocar con los dedos: El canto de los grillos en verano, o la mansa lluvia repiqueteando en los cristales de las ventanas, anunciando en septiembre el otoño dorado y aromado de mostos.
Ya no hay sones que borden en el bastidor del silencio. Un estrépito inmenso a invadido el mundo: ruidos de coches, aparatos acondicionadores, músicas estridentes con altas megafonías, publicidad, timbres de móviles, gritos, voces…

A los niños de ahora les hemos robado un bien precioso. Lamentablemente, en el tiempo actual, es imposible oír los mágicos sonidos del silencio.

María Bote

Foto


Os recibo aquí con mucho cariño.

En el 70 aniversario de la muerte de A. Machado

EN EL 70 ANIVERSARIO
DE LA MUERTE DE
ANTONIO MACHADO.

Cuando perdiste la luz
de aquel patio limonero,
encerraste tus pupilas
con urgencias y secretos.
Antonio, voz caminante
del árbol partido y viejo;
doliente por las ausencias
de tu país y su cielo.
Te agobiaron los silbidos
de balas en aires muertos
y fue tu sombra perdida
un pudoroso lamento.
Enredado en las tinieblas
de tu íntimo desierto,
no quisiste pervivir
al doloroso destierro.
Errante por los caminos
de la muerte y su misterio,
con el liviano equipaje
de sobriedad y de versos,
oteas desde las nubes
a los cárdenos espejos
por orillas de bondad.
Hombre, poeta, recuerdo.

María Bote

22-2-2009
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