A LA NIÑA QUE FUI


A LA NIÑA QUE FUI

Te me vas escapando,
con tu cara pecosa
y tu sueño despierto.

Me dejas desolada
si te ausentas por siempre.
No me abandones, niña.

Sin ti no brillará
la estrella de la aurora,
ni escucharé cantares.

Vuelve, dame la mano,
seremos las dos una
en la memoria eterna.

leve la mariposa
y muy pesado el lastre
que el tiempo nos impone

María Bote

LIRAS


UN AROMA SUTIL

(Lira)

los labios de alelí,
derramando canciones con fervor,
lujuria carmesí,
por la sangre , clamor,
los besos y caricias sin rubor.

En el amanecer
las montañas despiden a la bruma,
tus dedos al placer.
Una mota de espuma,
de la ingrávida luz huye y se esfuma.

Un aroma sutil,
un halo, la belleza de un instante
de misterio febril,
desmedido, sonante
buscando su aposento en un discante.


María Bote

TÚ SERÁS LA PALOMA


TÚ SERÁS LA PALOMA

Enjugará mi llanto la paz de tu sonrisa
cuando tu mar serena deje el beso en mis playas.
En el ancho horizonte se apresura la brisa,
a cerrar los resquicios para que no te vayas.

A tu cobijo dulce me acercaré sumisa,
tú serás la paloma que levante mis sayas,
si derramo en tu boca la ternura precisa,
al bañarme en tus fuentes sedosas como fayas.

El silencio reclamas a mi voz que improvisa
un torrente de ecos colgados de atalayas.
Yo quiero ser el ave que adorne tu cornisa
cuando viertan aromas nuestros bosques de hayas.

Disfrazados iremos, de la verde Melisa,
a descender la piedra gentil de tus murallas,
y al sellar nuestro abrazo desnudo de la prisa,
vencedores seremos, los dos, de las batallas.


María Bote

SOMBRA CRECIENTE




SOMBRA CRECIENTE

Al crepúsculo le creció la sombra
y las erguidas torres
comenzaron a tambalearse;
se escuchaba
el nostálgico adiós
de la luz por los abismos.
Los aromas huyeron
entre quejido y bruma.
Un pájaro
entonó sin aleteos
el aria de la melancolía.
Fue misterio el presagio,
no estabas tú
para menguar la sombra,
se rompió el tiempo
herido por las penas.
Lloraba el corazón;
llegaron mariposas
desnudas de colores
y yo quise dormir
sobre un lecho de luna
que prefirió ser río…

María Bote

AL SONETO


AL SONETO


Caigo en la seducción de sus anzuelos
y confiada lo sigo, muy constante.
Mas se burla de mí, duro y distante,
imploro inútilmente sus consuelos.

A su través decido alzar los vuelos,
en la luz de su rima consonante
y busco la palabra y el instante
por subir mi quimera de los suelos.

¿Por qué si no redime mi ignorancia
ni arropa con su hechizo mi quimera
me irrumpe el corazón con su calado?

Me cubro de armonía y asonancia
sin lograr el encuentro a la primera,
y mendigo mi sed por otro lado.

María Bote



DOS ALMAS

Siempre me gusta escuchar
tu voz de miel y campana
y que aniden en mi pelo,
de tu boca las palabras.
Si fundidos en abrazos
nos llega la madrugada,
navegará por los pulsos
la luna, líquida y blanda,
cuando manen de tu fuente
nardos para mis enaguas.
En nido de mariposas
nos encontrarán las albas
y escucharemos del río
su dulcísima sonata.
Dibujaré con mis dedos
sobre la hierba, dos almas…

SUSPIROS

suspiros por las sábanas,
errantes de ansiedad.
Tú, buscando la orilla
de mi dúctil brocal.
Nuestras bocas selladas
en lujurioso afán,
tus dedos caminando
por mi piel de azahar.
Forjamos nuestra nave
con filos de abacá
y su proa de besos
no se quiebra jamás.

María Bote.
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